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miércoles, 27 de marzo de 2013

Sui Generis 6 - The End

Cuando me tiro a la cama y vi la puerta, pensé que nada existía fuera en ese momento, pero cuando regresara, el mundo se reconstruirá de manera diferente, ya no lo vería igual, al no salir de ese cuarto en ese momento, elegí de alguna manera cambiar mi vida para siempre.

Pensamientos así de mal viajados me llegaron a la cabeza toda la noche… creo producto de los nervios y la incertidumbre que sentía, pues mi corazón estaba muy confundido no estaba seguro de querer estar ahí pero quería sentirse querido y por eso latía durísimo. Yo no sabía exactamente qué pasaría, no sabía que hacer… me daba ataques de risa, las manos me sudaban, la cara la sentía caliente. Las ideas locas me ayudaban a hacer a un lado los prejuicios y a soportar de alguna manera el intenso miedo de estar parada ahí a solas.

Antes de esto; aunque decíamos que éramos “novias”, y nos besábamos y aun lo del almacén y todo, siempre la ubiqué como una muy buena amiga… que simplemente había mucha confianza que nos permitía hacer algunas cosas locas, después nunca supe que fue lo que fuimos.

Su recamara estaba helada por que llovía, el piso lo sentí muy frío al contacto de mis pies descalzos… pero el calorcito que irradiaba su cuerpo junto al mío pronto me quito el frio. Me abrazaba y con la otra mano me tomaba de la nuca para besarme. Me dejo sin playera, me besaba de vez en vez y me acariciaba los senos, me quito el bra, los pezones se me pusieron duritos y ella aprovecho eso para chuparlos, lo hizo por un rato hasta que me dio un ataque de nervios y reí como loca, a Ale también le empezó a dar risa y me preguntaba fingiendo demencia.
- ¿Por qué te ríes? Esto no es chistoso
Antes de poder contestarle me beso la boca de nuevo y ahora se deleitaba con mi trasero, después deslizo su mano sobre mi pantalón en mi zona íntima, se detuvo un rato y la apoyo suavemente contra mí, luego la metió entre mi piel y mi ropa interior y acaricio mis bellos, haciendo que las piernas me temblaran, luego metió un dedo entre los pliegues que hace la vagina cuando una tiene las piernas casi cerradas, se torció un poco y sin permiso con uno de sus largos dedos se quedó con mi virginidad.

No sé si me empezó a besar bien padre o era su dedito que entraba y salía lo que me hizo sentir tan amada, no hacía más que cerrar los ojos y apretar los dientes por ese ligero dolorcito que sentía mientras mi orifico se amoldaba al tamaño de su dedo que tenía dentro. Se separó de mis labios y con una sonrisita me pregunto.
- ¿Se siente bien rico verdad?
Apenas asentí con la cabeza porque estaba perdida con esa sensación, gemía por la excitación que mi cuerpo experimentaba.

Deshizo el nudo del listón de sus pants y luego puso mí mano por entre sus bóxers y su pubis, que se sentía ligeramente áspero, no me quedo otra opción y deslice mi mano por entre sus pliegues pero apenas si la tocaba, me tomo por la muñeca, se paró con las piernas un poco más abiertas, contrajo su abdomen como aguantando la respiración y puso mi mano más abajo, cuando sentí su área calientita y húmeda, por instinto la saque rápidamente de su pantalón,


Ale separo su boca de la mía y con una risita me dijo:
- ¡Vamos! no pasa nada, como te diga tu corazón, tu sabes cómo, sin pena.
También me salió una risita y volví a meter la mano dentro de sus bóxers, para buscarle su agujerito, la deslice muy suave, como ella me hacía, le introduje mi dedo medio muy despacio para no lastimarla, era la primera vez que sentía otra vagina, se sentía muy mojada y tibia, se me figuraba más profunda, quizá por la posición de mi mano, me di cuenta que no era sencillo, por eso, baje mis jeans a donde termina mi cadera y puse mis pies de puntitas, mis pantalones se terminaron por caer al piso.

Ella también bajo sus pantalones y sus bóxers a media cadera tomo mi mano de nuevo y la dirigió a su cosita.
- Juntas please, es más rico - me dijo besándome al oído.
Me estremecía, sentía una intensa atracción hacia ella, la abrazaba con el brazo libre y acariciaba su cabello, apoyaba mi cabeza en su hombro, era la cosa más deliciosa que me habían hecho, elle jugaba con su dedo dentro de mí, me sentí como poseída y dominada. Si me preguntas por que le hacía lo mismo, supongo que para ponernos a mano y hacer un desquite, ella salía y entraba yo solo estaba dentro de ella y fue delicioso. Por mucho que pensé si eso era correcto o no… se sentía tan rico.

De pronto saco su dedito travieso, me abrazo fuerte, como emocionada y me beso con dulzura. Así que yo también aparte mi mano. Me puso las manos sobre las mejillas y me dijo:
- No me la creo, nena ¡que padre!, te das cuenta estamos juntas.
Ni le conteste, sacada de onda por su expresión, se sentía bien pero no me emocionaba como a ella.

Ella seguía vestida así que le quite su playera, me ayudó levantando sus delgados brazos adornados por unos dorados bellitos que se veían a contra luz por la tenue iluminación que entraba por entre sus persianas. A continuación ella sola se quitó el bra. Nos besamos de nuevo y frotamos nuestros torsos desnudos con ese ritmo que solo da una intensa calentura… se hincó y mirándome a los ojos, tomo mi ropa interior de los lados y con cara pícara pregunto:
- ¿Puedo señorita?
Sin esperar una respuesta los deslizó hacia abajo a lo largo de mis pierna y los dejo en los tobillos, le ayude levantando una pierna y luego la otra, primero solo saco los jeans y luego hizo lo mismo con mis calzones, los aventó por atrás de ella a la cama junto con nuestras playeras, se incorporó despacio muy cerca de mí, tan cerca que cuando se encontraba de regreso a la altura de mi cadera, sentí escalofrió y me doble por reflejo hacia atrás, quedo parada de nuevo frente a mí, me dio un beso tronado en los labios y me dijo:
- Tranquila nena, ¡te quiero mucho!
Yo me sentía muy desnuda, algo bien extraño que me acuerdo es que por instinto tapaba mis senos con los brazos como si tuviera mucho frio y miraba descontrolada lo que ella hacia… se encorvo para bajarse los pantalones y los dejo en el piso, luego aparto su ropa interior hasta sus rodillas y apoyándose en mi hombro se los terminó de quitar con sus piernas y quedo parada encima de ellos.

Aunque ya la había visto sin ropa, esa vez, la vi distinto, su pelo negro en sus hombros, su mirada intensa en mí, el agradable tono blanco de su piel, su delgada silueta, sus bonitas piernas largas, esa tarde-noche me mostro los senos más hermosos y el pubis afeitado más tierno de este mundo. Algo curioso es que ella también empezó a cubrir su pecho como yo, y fue posiblemente el único indicio de pena que vi en ella.

Un cuerpo parecido al mío superando por mucho las diferencias por las similitudes, era un cuerpo de mujer desnudo que había aparecido por mí, la olla de hormonas que hervía dentro de mí me provocaba a acercarme, averiguar sus diferentes texturas, a que olía y quizá también que sabores tenía, me incitaba a descubrir las sorpresas que podía guardar aún este encuentro, la contemple enfrente de mi por un momento, y me pareció; que ese instante quedo suspendido en el tiempo inmune al irrefrenable curso de los minutos y permanecer estático por una pequeña eternidad. Recuerdo ese instante tan nítido y creo que estará así, por siempre.

Después de explorarnos mutuamente con la mirada, nos dirigimos una mirada de complicidad y sonreímos, yo temblaba en parte de nervios y parte por frio.

Di un pequeño paso al frente y la abrasé, trate de ocultar mi desnudez a sus ojos que se me figuraban muy atentos a cualquier detalle en mí, aunque el desnudo emocional lo sentía aún más, sentir; sus pies descalzos en el suelo cerca a los míos y el calor de su cuerpo pegado al mío también desnudo, me hizo sentir tranquila, con esto no quiero decir que esa vergüenza de la que te hablo fuera mala, de hecho eran nervios que excitaban.

Estar desnudas se tornó en algo muy pero muy erótico, creo que no supimos que era lo que se suponía debía hacer, por eso nos besáramos por un rato, fue un beso apasionado, nunca me había sentido tan seducida como en esos momentos, en su saliva había un sabor cautivante, hasta me atreví a poner mi lengua en su boca y ella a meter la suya en la mía… lo cual me puso la piel de gallina y recuerdo que sentí como se humedecía ligeramente mi área genital y algo había en el ambiente que me hacía intuir que ella también se estaba mojando.


Creí que lo correcto sería tocarle la cola de nuevo, y casi lo hice pero me distrajo susurrándome al oído:
- Voy a cuidarte, te quiero mucho, eres todo para mí – me siguió besando solo que esta vez acariciaba mis senos.
Besándome y empujándome despacio me hizo retroceder hasta tropezar y quedar sentada en su cama, nos recostamos y nos besamos, ella me tocaba casi todo, acariciaba mis piernas con las suyas y deslizaba sus pies en mis tobillos y pantorrillas…

después, poco a poco con su boca recorrió mi cuerpo. En cada parte se tomaba su tiempo, partió de mi boca, beso mi esternón, en mis bubis se entretuvo jugando con su lengua, en mi abdomen se detuvo un rato y en mi ombligo lo lamio alrededor, llego a mi pubis y jugo con mis bellitos, quería probar hasta donde le permitiría llegar.

El abdomen se me contraía en cada escala que hacía, después bajo un poco más, y delicadamente me trataba de persuadir, de abrir mis piernas, al verla tan cerca de ahí, me imagine lo que pretendía, sentí miedo y no le permití que hiciera nada más.

Pacientemente se deslizo por mis piernas y beso mis muslos, luego se puso a besar y chuparme los pies descalzos, subió nuevamente, dándome besitos en intervalos hasta llegar a mis nenas, mientras metía uno de mis pezones a su boca y jugaba a su gusto, con una mano me tocaba el abdomen y el pubis, me toco de una manera tan deliciosa, sin penetrarme… con un dedo recorrió todo, haciendo que cada vez fuera más sensible, contorneaba por fuera de mi orificio, se sentía muy bien, y se atrevió a tocar mi parte más débil. Luego comprendería que Alejandra nunca se daba por vencida y sabia conseguir lo que quería.

Ese acto tan personal entre Ale y yo, rozando nuestros cuerpos, nuestros vientres, caras y pechos sin ninguna prenda y tocándome ahí. Solo haber imaginado una escena así entre chavas, una semana antes, me hubiera dado asco, pero en ese momento era por demás excitante. En momentos de “lucidez”, la razón me dictaba que había sido demasiado por hoy, que estaba traicionaba a mis padres y a mí misma, incluso que me podía arrepentir para toda mi vida, pero mi corazón quería seguir. La sensatez no era algo que experimentaba cuando estaba con ella, me entregue al momento y a mi excitación causada por Ale. No aguante más ese paliativo necesitaba ya un dedito dentro, pero no se lo pude decir: “Ale penétrame ya” así que trate de disimularlo, le dije algo parecido a:
- Ale soy tuya, hazme lo que quieras.
Esta vez ella fue la que no quiso, solo rio maliciosamente, me dio un beso en la boca y se sentó en el borde de la cama con las piernas entrecruzadas y luego bajo una pierna al suelo, se recogió el cabello que le había quedado en la cara y se hizo una coleta con una liga, luego me levanto de un brazo.
- Siéntate aquí – dijo indicándome el lugar con unas palmaditas.
Quedé sentada frente a ella como en flor de loto, cerramos los ojos y nos inclinamos la una a la otra para besarnos, la posición no era tan cómoda pero me aguante.

Una mano la apoyó en mi hombro y acerco una mano a mi colita, movía la mano en círculos, de arriba abajo, hacia poquito precio, a veces más leve, me penetraba de repente muy poquito pero todo lo hizo delicioso, sus manos me convencieron poco a poco de aceptar cualquier caricia.

Coloque mi mano en su colita también y dudándolo comencé a hacer movimientos torpes pero cariñosos, digo torpes porque su mano se desplazaba sin vacilar, lo hacía con soltura. Aunque lo intente no podía imitarle, por momentos era para mí imposible continuar con el masaje para ella, cuando esto ocurrió… con su otra mano presionaba la mía en su vagina y me dijo otra vez con una muy sensual:
- Al mismo tiempo nena, no te detengas.
Me di cuenta que entre más movía mi mano en su parte, más rico me hacía a mí y más ruidos extraños emitíamos, tuve que hacer un gran esfuerzo por no parar. “aha! Oho! Mmmmm!”

Sus movimientos delicados y sin pausas eran deliciosos, casi llegaba al límite, se sentía riquísimo, me inhabilito totalmente y deje de tocarla, apoye mis manos en sus hombros y luego puse una encima de la suya y le ayude a presionar y a agitarla, de verdad que me puso muy caliente, los pies se me comenzaban a dormir, pero ella paro de repente, y hasta me enoje. ¡Me había dejado a medias y no se había dado cuenta!... pero a continuación demostró todo lo contrario, me recostó en la cama y dijo:
- Levanta la cadera un poco porfa.
Obedecí y puso una de sus almohadas abajo - su cuarto era el mismo, en el desorden habitual, en el que habíamos estado tantas veces juntas a solas, el sillón donde platicábamos, su laptop donde habíamos hecho tareas juntas, incluso la cama en la que ya había dormido. Solo que ahora estábamos ambas totalmente desnudas, haciendo el amor - sin decir más se recostó boca abajo, me beso el abdomen, se metió entre mis piernas.

Todo era delicado, se tomaba su tiempo, al principio solo beso mis muslos, luego los alrededores de mi colita y con una mano apenas acariciaba mis pliegues, me hacía suspirar y entrecortar la respiración, nos miramos a los ojos y nos sonreímos, ella abrió mi colita con dos deditos, disponiendo totalmente de mi parte prohibida, luego sentí la humedad de su lengua tocar mi punto débil, me miro a los ojos, y se mordió los labios, y yo asentí con la cabeza, así no me podía negar a nada, aunque te diré que fue la experiencia más extraña que había sentido.

En primer lugar porque el sexo oral, se me hacía una práctica para gente muy experimentada y nunca había tenido un juicio claro si era bueno o no, pero se me figuraba sucio y pervertido. En segundo tener a alguien con contacto en esa parte mía, ya de por si era algo que me daba pena, y que ella en vez de encontrarlo desagradable, por todo lo que implica, poner la boca en una vagina excitada; la textura, el liquidito, su olor, lo hacía como si eso fuera una delicia. Y no menos importante; la boca que sentía, era de una chava, mi amiga, la que me procuraba esa sensación. Ya nada importaba cerré los ojos y trate de no pensar más, si crees que te puedes echar atrás cuando tienes a alguien ahí no tienes ni idea, es más… hay un momento en el que ya ni piensas.

No recuerdo que hizo ahí, ni siquiera en el momento supe que estaba haciendo, solo recuerdo tener su cabeza entre mis piernas apenas moviéndose y sentir como me cogía con un dedo, yo literalmente me retorcía del placer… no sabía que hacer, solo me mordía los labios y tapaba mi boca con una mano, para callar mis suspiros y con la otra acaricie su cabello ahhhhh! No manches! se sentía la cosa más deliciosa y no quise que acabara nunca.

Comencé a respirar muy aprisa, la espalda me arqueo, tuve unas contracciones en el abdomen y mis músculos de esa área se tensaron, me sentí en las nubes, fue muy intenso, los movimientos de su lengua fueron cesaron poco a poco y siguió lamiendo despacio toda mi vagina, su dedo entraba y salía de mí, muy despacito y me dio unos besitos más ahí abajo.

Y ahora digo que asco, pero me dieron muchas ganas de besarla, sentí que la quería demasiado y también que era muy amada por ella, después tuve ganas de recostarme y relajarme un poco, pero por otro lado quería más.

Yo no mandaba ahí, y ella, en especial su cosita también necesitaba algo, verme excitada, creo causo cierta envidia en ella y ahora ya no la podía calmar solo con caricias y besos, se hinco en la cama intercalando nuestras piernas se deslizo hasta que su pubis choco con el mío y movió mi pierna para que la separara y quedáramos cómodas. Hacía que nuestras colas se rozaran la de una con la otra, ahí abajo se sentía calientito y con el aire que hacían sus movimientos podía sentir nuestra humedad.

Si me hubiera acostado con un chavo siquiera hubiera habido un condón para separar nuestros genitales, pero ahí no había nada, no era muy higiénico ese contacto. Solo que en ese momento nada de lo que pensara importaba quería sentir todo, frotar mi sexo con el suyo se sentía como aterciopelado y provocaban unas cosquillitas deliciosa para mí y a juzgar por su rostro, lo disfrutaba cañón.

Sus movimientos y su cuerpo o al menos la parte que veía de ella eran muy eróticos, viendo sus piernas entrelazadas con las mías, sus senos que brincaban con sus movimientos y su cara que demostraba esfuerzo y mucho placer, comprendí que cualquier chavo o mujer que guste de las chavas, le hubiera encantado estar en mi lugar, duramos así un rato hasta que los movimientos de Ale se entorpecieron por que se cansó, las dos sudábamos bastante sobretodo de nuestras entrepiernas de donde emanaba todo ese calor y ese extraño olorcito que se sentía en su habitación, Ale paro y respiro unos momentos y una vez que recobro el aliento, me tomo de la mano y nos aproximamos a su escritorio aparto lo que había en la silla, se sentó subiendo piernas al sillón y así conocí todos sus secretos. Se acomodó nuevamente el pelo y nos besamos en la boca y me preguntó:
- ¿Puedes quererme? - con su voz casi agotada.
Asentí con la cabeza y me puse de rodillas frente a su cola.
- Vamos, yo sé que es tu primera vez, yo te digo como, no pasa nada nena.
Me acerqué con temor, me daba cosa, nunca me había imaginado en esa situación, me daba pena, porque aunque ella no había demostrado tenerle respeto a mi cuerpo, a mi si me daba cosa jugar con algo tan de ella… que me hicieran cositas en la mía era una cosa y de por si vergonzosa, pero yo lamer otra vagina, era otra muy diferente, hubiera preferido no hacerlo, cuando ella me lo hizo me imaginé que también lo tendría que hacer yo y hasta se me antojo, pero ahora ya no quería, no le podía decir, “no es que me da asco hacerte un favorcito”, porque ella ya me había hecho a mí, además verla ofreciéndome todo su ser; hizo que no me pudiera negar otra vez, y tuve que hacer un lado mis prejuicios. Reí de nervios, me acerque otro poco despacio dudando entre si hacerlo, o decirle que no estaba preparada, me hinque, ya casi no entraba luz por la ventana, primero en lo que tomaba valor solo se la acaricie, la masajeaba a lo largo desde su pubis hasta su agujerito, su humedad me hacía fácil el trabajo.

Cuando estuve como a diez cm la verdad no me atreví a poner la boca allí, sentía su mirada en la nunca, que me presionaba a hacerlo, quería saber si lo hacía bien, no me atrevía a mirarla ni mucho menos preguntarle. Tomaba como un si, como me acariciaba el cabello y a veces hacia un esfuerzo para agachar la cabeza y darme un beso, lo trataba de hacer como ella lo hizo, primero acaricie y bese su abdomen, sus muslos, incluso su pubis donde se podían ver unos diminutos bellitos que comenzaban a salir por los bordes…

Y me gustaría decir que no lo hice, pero si, hice lo más lésbico que se puede hacer en este mundo… cerré los ojos, detuve la respiración un momento, ella me ayudo a separar con dos dedos su cosita, no sabía ni que hacerle, solo lamí sin saber cómo, trataba de poner en práctica las lecciones que me dio… estaba bien mojada, y aun que digan que no, si tenía un saborcito como acidito…primero no percibí su olor, y que bueno porque eso lo hubiera hecho más difícil, su textura que al tacto no era desagradable, no me gustaba en la boca. Aun así jugué un rato sus labios con mi lengua, después con mis manos abrí su cosita yo misma un poco más y le lamí todo de arriba abajo, poco a poco le agarre el modo. Ale no se controlaba y gemía mucho, no sé por qué eso si me agradaba.
- Te amo Sandra! Te juro que soñaba con hacerlo contigo niña - dijo descontrolada por lo rico que se siente cuando tienes a alguien allí - ¡que rico, amor! ” - decía con la voz más cachonda que jamás escuché.
La Sandra que hacia eso no era yo, estaba muy excitada que reaccionaba de manera distinta, en vez de avergonzarme de estar de rodillas lamiéndole la cola a mi amiga, ya como que lo disfrutaba, y le preguntaba con voz calenturienta también…
- ¡Te gusta lo que te hago? - y la mire para ver su expresión, ¡cielos! que sucio es el amor…
Comenzó a desprender un delicado pero inolvidable olorcito, creo que lo hacía bien porque Ale ya olía a mujer, ese aroma nunca se me ha hecho agradable ni en mí, pero en ese momento no importaba, solo quería devolverle el favor, y la seguí lamiendo como a un helado de fresa, cada vez era más agradable y trataba de pasar mi lengua por su hoyito que era la parte más húmeda donde se sentía ese especial saborcito, que olía tan raro, un rato después la lengua se me canso pero trate de no perder el ritmo que había conseguido para no aminorar el placer que me indicaba tener por sus gemiditos y su pie que arqueaba. Increíblemente nunca había hecho un favor oral a un chavo y ya se lo había hecho a una chava.

Contrario a lo que hubiera pensado no era lo desconocido de un cuerpo diferente lo que provocaba deseo y atracción, dos chavas desnudas y calientes éramos capaces de excitarnos a ese grado, solo la una con la otra.

No estaba satisfecha y ella lo noto, me recostó y se hincó en mi cara, que me pareció de mal gusto, pero comprendí que era la única forma para hacernos cariño oral al mismo tiempo, me costaba trabajo llegar a su hoyito, parte por mi inexperiencia y en parte porque lo que ella me hacía no me lo permitía, y por eso le sugerí que cambiáramos, su postura pues se me figurar más cómoda, sin pensarlo se levantó y se recostó, esta vez yo me hinque en su cara, primero me quede sobre ella con la espalda erguida mientras ella me hacía un delicioso cunnilingus, y yo frotaba mi sexo contra su lengua, una extraña sensación me comenzó a subir desde allí hasta la cabeza, me dieron ganas de devolverle el favor, vi abajo la desatendida vagina de mi novia, arque mi cuerpo y le hice lo mismo que ella a mí, por su parte hurgaba mi sexo sin ningún remordimiento, con ayuda de sus manos separaba mis pompas y abría mi vagina a más no poder, y además me penetraba con dos dedos.

La puse tan mal que hasta intento violarme también por donde no es correcto, y hasta eso era excitante yo también estaba en otro mundo y casi lo permito pero cuando sentí la yema de su dedo intentando penetrarme el ano, me detuve y aparte su mano de ahí sutilmente, eso fue lo único que no le permití esa noche,


Volví a su cola y continuamos por un rato más, hasta que las dos llegamos al mismo tiempo… quede satisfecha y me tire en la cama abatida. Ale subió por mi cuerpo, con besitos tiernos rodeo mis senos y los acaricio con sus manos con ternura, se acostó junto a mí, apoyando su cabeza en uno de sus brazos que a su vez apoyaba en la cama

Sonrió, mirándome dulcemente a los ojos me dijo:
- Daría mi vida por ti, ¿sabías?
Nos dimos un beso en los labios… Casi le pregunte si yo había sido la primera en su vida, como ella en la mía pero no lo hice. Desde el día que me insinuó que quería tener intimidad conmigo, me daba curiosidad saber si alguna vez había hecho algo con Faby, e incluso se lo pregunte pero ella no me dio una respuesta clara y cambió el tema las dos veces que se lo pregunte, Después de ese día no lo volví a preguntar.

Eran ya como las 10 de la noche, acordamos bañarnos, levantamos la ropa y medio nos vestimos, por si su mamá llegaba… cuando me iba poner los bóxers, Ale me sugirió un cambio, mis chones por los suyos de la suerte, que me confesó se los puso en las dos ocasiones que me pidió que fuéramos más que buenas amigas, obvio no acepte… Ale solo sonrió y agacho la mirada, nos metimos a bañar juntas, su cuerpo ahora no escondía ningún secreto para mí, ni viceversa, pensaba en lo que acababa de suceder, en la Sandra que ahora era, casi no hablamos nada, pero cuando nos mirábamos, nos daba un ataque de risa.

Ale salió a vestirse primero, yo me quede en la regadera relajándome un poco, cuando salí a secarme, no hallé mis bóxers, volví a buscar y mire sobre la caja del escusado, unos bonitos calzones naranjados de Charlie Brown.

lunes, 25 de marzo de 2013

Sui Generis 5

COMPLICACIONES Y REVELACIONES
Como era su pareja, por así decirlo, fui invitada a su cena de graduación, al principio yo no quise y le puse mil excusas;
-mis papas no me dejaran -mi mama los convence,
-no tengo para el boleto -yo te invito,
-no tengo vestido -te presto uno bonito
Total que cuando las excusas se me acabaron, no me quedo de otra y acepté ir.
Estuvo a todo lujo, me prestó un vestido color lila precioso, y ese día la vi como nunca, en un elegante vestido negro que contrastaba con su tono de piel pero hacia juego con su pelo, tacones altos que presumían sus largas piernas, peinado de salón y maquillada, se veía muy bien, era la chava más guapa de toda la fiesta… aún que cuando se lo comente a Andrea no estuvo de acuerdo y dio su voto a Faby, pero la verdad es que Alejandra atrajo todas las miradas esa noche y aun que ella lo sabia no hizo caso a nadie
Cenamos, bebimos un poco y bailamos para echar relajo con nuestras amigas y unos compañeros, cuando pusieron las baladas, tres chavos le pidieron a Ale que bailara con ellos, y a todos rechazó, Fabiana y Andrea, se pararon a bailar como pareja, y no disimularon nada, que era lo que yo no quería y por eso le dije a Ale que prefería no bailar.
Julio se acercó y me pidió que lo acompañara en dos canciones, la primera lo rechacé pero la segunda me anime a bailar con él… sabes si fue algo extraño, las copas que traía encima me hicieron confundirme y sentirme bien con el, creí que era ahí donde pertenecía… mientras danzamos me di cuenta que Julio disfrutaba tener la mirada fija de Ale en nosotros y se esforzaba en no perderla, me hacia comentarios en el oído y debo admitir que eran graciosos por eso me reía con él, a la siguiente canción las luces cambiaron y todos en la pista se abrazaron para bailar, incluso Faby y Andrea, las que tampoco nos perdían de vista, bailaron muy acarameladas, yo también abrase a Julio, cuando volteé a donde Ale me pareció enojada, pero yo creí que no tenía motivo para enojarse conmigo… y no hice caso. Además la loción de Julio y la firmeza con la que dirigía nuestros pasos me hacían pasar un rato agradable, así que cerré los ojos y me deje llevar.
Alguien toco mi espalda por atrás e interrumpió lo que pensaba, al voltear a ver quién era el inoportuno vi a Faby que señalaba hacia donde se supone estaba sentada Ale… pero no estaba ahí, ni su bolso ni su abrigo, la busque y la pude ver aproximarse con paso decidido a la salida… sin pensarlo solté a Julio y corrí por mis cosas a la mesa y después a ella… la alcance y la tome por un brazo para detenerla, ella se soltó y dijo.
-          Que poca tienes Sandra – sin mirarme a los ojos, pero me di cuenta que lloraba.
Por un momento no supe lo que debía hacer, pero después fue claro… no podía dejarla irse así, pegue otra carrera para ir por ella y ya estaba en la calle. Siguiendo su paso apresurado, le pregunte
-          ¿A donde vas Alejandra?
-          No te importa ¿o si?
-          Es muy noche para caminar por aquí
Ella volteo y me dijo enojada como nunca la había visto.
-          Regrésate a bailar con el pendejo ese y a mi déjame en paz.
No supe que responderle y solo la seguí… esperando saber que decirle
-          Ale no me hagas esto… déjame explicarte.
-          ¿Qué? ¿Que te gusta?

-          ¡No!, ya detente vamos al salón y tranquilízate.
-          No quiero saber nada
La tome de nuevo y le dije:
-          Tú eres la que me gusta.
Se detuvo y me dijo:
-          No es cierto.
-          Te lo juro - la abrasé con mucho cariño, primero puso resistencia, después no solo se dejo sino que también me abrazó sin dejar de llorar, la sentí tan frágil, su delgada espalda que no dejaba de brincar por el llanto y sus tiernos sollozos de niña me partieron el corazón, yo lo había provocado.
Me llevo un rato tranquilizarla, pero lo logre, con cariños, besos, y expresándole el cariño que le tenía, se convenció de regresar a la fiesta.
Nos metimos al baño y se enjuago la cara, cuando salió la única niña que había dentro, puse el pasador del baño y la bese para demostrarle lo que le había dicho, me besó con mucho amor… ambas no sobresaltamos un poco, ella me tomo por la cintura y yo puse mis manos sobre sus hombros, me sentí muy confortada de verla contenta de nuevo, con la humedad de sus labios en los míos, que se chupaban con tanta familiaridad , el contacto de nuestras bocas y la mezcla de nuestras salivas era algo ya natural , besaba muy rico, abríamos nuestras bocas y lo hicimos más profundo, cuando escuchamos que alguien quería abrir la puerta por fuera nos separamos y limpiamanos nuestras bocas para que no se dieran cuenta de lo que estábamos haciendo, salimos riendo y fuimos a platicar a la terraza posterior del salón, donde apenas había dos parejas más.
Estuvimos mirando la bonita vista que proporcionaba el lugar, platicamos de muchas cosas, especialmente de lo que sentíamos la una por la otra y me dijo por primera vez que me amaba y que nunca había sentido algo así por nadie, yo le conteste algo parecido aunque no estaba muy segura de ello.
La fiesta seguía, el conjunto paro de tocar y llegaron los mariachis pero nosotras la estábamos pasando bien a solas, cuando su mamá le aviso por teléfono que nos esperaba afuera para llevarme a casa nos dimos un último beso en la boca con el riesgo que alguno de los pocos que quedaban dentro, nos mirara, pero nada nos importaba, fuimos por las otras dos que estaban sentadas cansadas de divertirse y Andrea hasta dormitaba en el hombro de Faby, su mamá nos repartió en nuestras casas, a ellas las dejamos en casa de Andrea, donde según Faby le había confiado a Ale, no había nadie y aprovecharían para tener su primera vez
Cuando llegue a casa me acosté muy cansada e inquieta, solo pensaba en lo de esa noche y en Ale, me di cuenta que nadie me querría como ella, cuando pude dormir tuve un revelador sueño
Ale y yo, nos besamos en un parque mientras bailábamos, con una especie de vestido transparente, acariciaba mi cuerpo y yo el suyo, solo había una tenue luz, que no me dejaba ver todo su cuerpo apenas cubierto por una delgada tela traslucida, nuestros movimientos eran suaves y eróticos, ambas lo disfrutábamos mucho, pero de repente mi madre nos veía de un balcón que nosotros no vimos, y me gritaba “zorrita, traidora, lesbiana”. Y entonces las dos corríamos tomadas de la mano despavoridas, para alejarnos de ese balcón.
Cuando desperté el corazón me latía rápido, eran como las siete, no pude dormir en un rato, el sueño me inquieto bastante. ¿Qué significaba eso?, ¿cómo sería bailar con ella a oscuras? (después no sería muy distinto de un sueño) si no me gustaba podía olvidarlo y nadie lo sabría solo ella y yo, ¿me haría daño vivir eso con alguien a la que quería y me quería tanto y le tenía tanta confianza? Esos pensamientos me pusieron nerviosa, realmente me dio curiosidad de darnos una chance de jugar… de hacer la peor travesura, disfrutar juntas de nuestra sexualidad por una noche como las otras dos.
PROVACACIÓN
Cuando la besaba en el carro, ya no era solo la travesura, comenzaba a sentir un deseo fuerte por ella, pero no me atreví a decírselo.
Una húmeda mañana de ese verano, ya hacía un mes que había sido el baile. Me decidía a pararme, mi cama estaba muy calientita y tenía la sensación de haber tenido una noche maravillosa y que había soñado bonito. Mi celular sonó, medio dormida leí en la pantalla
 “¡Buenos días nena! En 30 min paso por ti, te invito a desayunar, te quiero mucho”.
Así que me pare y me metí a bañar, había soñado otra vez algo con ella, pero nunca recordé que había vivido en ese sueño.
Como era habitual, llego con 20 min de retraso, todo el camino escuchamos “accidentaly in love” que nos encantaba desde que vimos Shrek 2, fuimos a desayunar a un Starbucks que queda por el centro, desde que llego por mí se veía muy linda, no se maquillo ni nada, así era nuestro estilo, de hecho ni siquiera usaba alguna ropa especial, llevaba puesta una playera polo blanca, una hoodie x, unos pants adidas y unos tenis, iba muy contenta, sus mejillas chapeadas, su cabello suelto, y sus manos adornadas por el anillo en el pulgar y sus uñas sin pintar se me antojaban lindas, además olía al perfume que le había regalado el mes pasado. Esa mañana me gustó mucho y me sentía muy bien a su lado, varios volteaban a mirarla, esa chava que les gustaba, era mi novia.
Pasamos toda la mañana juntas caminando por el centro, simulando ser amigas. A medio día fuimos a su casa a comer, su mamá ordeno pizzas para nosotras porque ella saldría, tomaría un café con sus amigas y volvería entrada la madrugada.
Tan pronto como llegaron las pizzas nos las subimos al cuarto de TV aprovechando que no estaba Karen y podíamos hacer lo que nos placiera… tirar migajas, subir los pies a los muebles, no comer sopa y cosas así. Nos quitamos los tenis y nos acomodamos en el sillón frente a la TV, encendimos el televisor pero como no encontramos nada bueno Ale encendió su Xbox y comimos mientras jugábamos voleibol, después de darme una paliza y habernos hartado de pizza vegetariana, puso la peli “Unfaithful”, según ella para aprovechar que su mamá no estaba por que la semana pasada no le había permitido verla con ella… tenía escenas bastante explicitas e incitadoras que hizo termináramos juntas, abrazadas y tomadas de la mano… de vez en cuando ella me acariciaba la espalda y el cuello, si no mal recuerdo yo le di el primer beso ese día con el pretexto que tenía cátsup en los labios, ella me tenía abrazada casi por atrás y de vez en cuando yo volteaba para darnos un besito tierno… su aliento con olor a pizza que soplaba en mi nuca me erizaba la piel.
Recuerdo que de repente me tomo un pie, me saco los calcetines, olio mi pie y bromeó que me olían mal y se puso hacerme cosquillas en la planta y entre los dedos.
Todo era un juego me acariciaba las piernas como lo hacían en la movie y nos reíamos y burlábamos de lo cursi que eran los diálogos y los repetíamos algo así como: “solo es por pasión, los errores no existen”, además hacíamos comentarios como ¡hay nena! cuando la protagonista salía en poca ropa… ese tipo de jugueteos y bromas pusieron una atmosfera que me hacía sentir escalofrío, sudar las manos y se me entrecortara la respiración, dentro de mí latía un peligroso profundo deseo por mi “amiga” que tenía muy cerquita.
Mientras una escena de sexo se desarrollaba nos miramos y empezamos a besarnos tiradas en el sillón. Parecía un juego… quedé abajo de ella con una pierna en el sillón y la otra al borde, para que ella quedara bien encima de mí y nos besamos así un rato… primero como siempre, pero después subió de tono como aquel día en el almacén, era realmente excitante… la calentura se me subió a la cabeza y comenzamos hasta a hacer ruiditos de prendidas… me tocó arriba y me puso peor.
En ningún momento supe que hacer, la situación se me fue de las manos desde hacía algún tiempo, ella lo sentía y disfrutaba, se veía decidida a hacerme completamente suya… le gustaba tenerme en su control, a mí, mi destino y mi feminidad.
Me desabrocho el top por debajo de la playera y tentó mis senos muy suavemente, levanto mi playera hasta mi clavícula. Con su lengua dibujo el contorno de mis aureolas y con su boca coloreo rojizos mi pezón… con su saliva a besos delineo mi abdomen, desabrocho mi pantalón y bajó el cierra con una mano e hizo aparecer para si mi pubis velado por una delgada tela azul cielo del calzón que llevaba puesto… que no parecía ofrecer obstáculo a su excitación, las cuales reflejaban sus delicadas facciones y algunas otras cosas como sus dilatados pezones y su cuero tan erizado como el mío. La habilidad que demostraba me asustaba pero a la vez me encendía y me hacía querer llegar a mi límite y al suyo… aunque quizá los habíamos dejado ya muy atrás, probablemente ni existían.
-          ¡Ven vamos! - Me dijo tomándome de la mano y acomodándose el cabello que tenía en la cara.
Se agacho por mi top y mis calcetas y nos fuimos a su habitación… cerró la puerta. 

viernes, 22 de marzo de 2013

Inicio y Fin

Me lo dijeron mil veces, pero nunca quise poner atención...
cuando llegaron los llantos, ya estabas muy dentro de mi corazón.
Te esperaba hasta muy tarde.. ningún reproche te hacía.
Lo más que te preguntaba era que si me querías.
Y bajo tus besos en la madrugada sin que tu notaras la cruz de mi angustia solía pensar...
La quiero más que a mis ojos,
la quiero más que a mi vida,
más que al aire que respiro y más que a la madre mía.
Se me para el pulso si te dejo de querer, que las campanas me doblen si te falto alguna vez.
Eres mi vida y mi muerte, mi eterna compañera.
No debería de quererte y sin embargo... Te quiero.


Lo peor del amor cuando termina…
Las habitaciones ventiladas, el puré con reproches de sardinas, las golondrinas muertas en la almohada.
Lo malo del después, son los despojos que escayolan el humo de los sueños, los teléfonos que hablan con los ojos, el sístole sin diástole ni dueño.
Lo más ingrato es encarar la casa, remendar las virtudes veniales, condenar a las hogueras los archivos.
Lo atroz de las pasiones cuando pasan, cuando al punto final de los finales no le siguen los puntos suspensivos.



(By. Cia and J.S)

Sui Generis 4

EL DESTINO SIGUE SU CURSO
La relación parecía haber llegado a su madurez pero aun nos faltaba hacer algo, y a ti saber algo.
A finales de mayo estábamos por terminar cursos de la escuela y la directora ya nos traía entre ojos para los cursos de regularización para mi y unos cursos para ayudar a que Ale entrara a la universidad, pero a Ale su desarrollo académico le tenía sin ningún cuidado y tubo una brillante idea para quedar bien con la vieja y librarnos de sus clases de verano.
Las tres chicas y yo apoyamos a la directora para los preparativos de la graduación de la generación de Ale, nuestra labor consistía en conseguir los arreglos necesarios para la ceremonia en el auditorio. Aunque todos sabían que Ale era puro desmadre, pues sus padres tenían una buena relación con la directora por su posición social, y por este motivo le confió las llaves de la bodega del auditorio. En el solo había algunos arreglos de ceremonias pasadas, sillas rotas y un montón de trebejos olvidados y sucios.
Desde el primer día nos encargamos de darle un buen uso a nuestro favor a ese olvidado cuarto. Al no tener un lugar lo suficiente privado para hacer de las nuestras, era el lugar ideal para que nadie nos viera, así que con el pretexto de hacer inventarios nos encerrábamos a solas en la bodega, nuestra energía sexual de adolecentes reprimidas y la privacidad que había nos hacia ir cada vez más lejos.
En uno de estos “inventarios” nos besamos y me calenté hasta el punto de dejar que me quitara la playera y tocara mis senos, cosa que no creí que alguna vez permitiría, esos besos tenían una sutil línea que los dividía del escarceo sexual, que no es mas distante cuando estas con una chava una vez que te dejas llevar, la calentura no te permite parar.
Me beso en mi abdomen desnudo… me recargo en la pared y beso todo mi torso, se puso bien loca y se daba gusto con mi cuerpo, después se puso de pie y trato de desabrocharme el pantalón pero yo no le permití y le aparte la mano del botón, así que volvió a ocuparse de mis bubis, realmente tampoco deseaba que hiciera eso, pero algo no me dejo frenarla, por el contrario empecé a acariciar las suyas, eso no me excitaba ni nada, lo hacia por reflejo a lo que ella me hacia y por qué mis manos en esos momentos deseaban tocar algo y sus nenas era lo mas cercano a mí, además de tener una textura agradable; no sabia ni que onda… de hecho su cuerpo en si no me provocaba la menor atracción en esos días, pero hay algo que si es cierto; estar en esa situación era emocionante, tal vez por que a mi edad nunca antes había hecho eso con nadie.
Después de estar así un rato masajeando los senos la una a la otra la temperatura subió en el almacén y empecé a hacer ruiditos, se aprovechó de eso y volvió a intentar tocarme abajo, solo que esta vez no encontró ningún impedimento por mi parte, de hecho cuando me comenzó a tocar sobre el pantalón le ayude separando un poco mis piernas para que pudiera desplazar con facilidad la mano, les diré que me llevó a tal extremo que al ver que le costaba trabajo desabrocharme el pantalón lo desabroche yo misma y bajé el cierre… afortunadamente para mi y desafortunadamente para ella escuchamos pasos aproximarse, me puse mi playera rápidamente y acomodé mis pantalones… los pasos se siguieron de largo, eso me puso un susto de los de a de veras.
Ale me tomo para regresar a lo que estábamos, pero el susto hizo que se me apagara el fuego y reflexionar de lo que estuve apunto de permitir. La verdad no estaba preparada para esa situación con ella, agradecía a dios que no hubiera pasado a mayores, me intento besar pero yo le pedí que nos fuéramos, en el camino a casa me la pase callada, lloviznaba y las dos caminamos cabizbajas, al llegar me despedí de un beso en la mejilla y entre a casa.
En cierto modo estaba arrepentida y enojada conmigo misma, por haber permitido aquello, a lo mejor nos podíamos besar, hacia mucho tiempo que no lo hacia, necesitaba una válvula de escape para mis hormonas y hacerlo con una chava era divertido, de alguna manera era como una travesura a la que tenia derecho a experimentar por mi edad… ¡pero tener un faje era demasiado! ¿Cómo iba a permitir que una amiga me tocara ahí? mi amiga no debería quitarme mi virginidad con su dedo solo por estar caliente un rato, ¡por supuesto que no!
Al otro día hable con ella y le explique cómo me sentía por lo que había pasado, ella me pidió una disculpa y me dijo que no había sido su intención hacerme sentir mal y me prometió que nunca haría algo que no deseara.
Una semana paso, y yo ya no estaba cómoda con ella. Una tarde después de clases tuvimos que asistir en la tarde al colegio por que el intendente de la escuela accidentalmente había tirado a la basura parte de los listones y las mantas que habíamos cortado, Así que la directora ordeno que “el grupito Ale”, (como nos conocían en la escuela) se reportara en el almacén en la tarde; después de hacer una lista de lo que faltaba, Andrea y Faby se fueron y nos dejaron encerradas “accidentalmente” en el almacén, en el momento en que Ale me dijo que las llaves las había dejado en su casa el corazón comenzó a latirme a prisa y las manos me sudaron en frio, estaba otra vez a solas con una chava que no sabia desaprovechar esas oportunidades.
Le sugerí que marcara a su mamá para que le trajera la llave y nos sacara de ahí, los siguientes 45min en lo que las laves llegaron Ale se comportó como una dama, nos sentamos en el suelo y me ofreció su sudadera ya que afuera se oía que caía un diluvio y el almacén estaba helado, acepte por que titilaba de frío y nos abrazamos para retener calor.
Me platico muchas cosas que no sabía de ella, su padre se había ido con otra mujer cuando ella tenia 13, había tenido un novio hace tres años con el que se había clavado mucho y después la dejo sin más ni menos, la paso mal en los siguientes meses, hasta que una chica se porto muy bien y la ayudo a salir de su depre, después de un tiempo “se volvieron más que amigas” y con ella descubrió que las niñas le gustaban más que los hombres, tuvo una relación con ella de año y medio -que por cierto yo conocía a esa chica, era Fabiana precisamente. Después tuvo un par de novias más, pero nada serio, además me confeso que nunca había sentido algo como lo que sentía por mi, con nadie más. Eso me dejo muy sorprendida, sentí que me tenia confianza y por otro lado no intento ni siquiera besarme, ella me entendió totalmente, cuando llegue a casa me sentí mas unida a ella.
Las vacaciones llegaron, Ale era un oasis en mi vida, todo era diversión y tomar todo con calma. Pronto los besos en la boca regresaron, no así los contactos que yo consideraba inapropiados y Ale lo aceptaba bien.
Con motivo de su cumple y de su graduación, la mamá de Ale y yo le organizamos una fiesta sorpresa en su casa, invitamos a unos cuantos compañeros de la escuela y estuvo padre, hubo alcohol y mucho relajo… pero terminó pronto como a eso de la una, mientras le ayudaba a levantar el tiradero que se había quedado nos dimos cuenta que estábamos desperdiciando valioso tiempo y nos fuimos a la cocina a besarnos bien rico, al poco tiempo, oímos la puerta, me dio un ultimo besito y me hizo unas preguntitas:
- ¿Sandra me quieres mucho? ¿Llegarías a más conmigo?
Eso me impacto, pero Karen (su mamá) entro a saludarnos y nos hicimos las disimuladas, no tuve que contestar su pregunta, pero estuvo rezumbando en mi cabeza los siguientes días. 

jueves, 21 de marzo de 2013

Sui Generis 3

INTERROGANTES, CURIOSIDAD Y DECISIÓN
Mamá tenía la solución por puro instinto maternal, desde hace algunas semanas me insistía que invitara a Jenny a pasar unos días con nosotros, no se cansaba de decirme: “Jenny que si es una niña decente ya ni te acuerdas”. Ese mismo fin de semana por FB la invite y a ella le encanto la idea. Como tenia un rato que no nos veíamos, la pasamos padre, fuimos al cine a la gran plaza para no encontrarme con Ale en las galerías, donde siempre estaba. Con mucho tacto antes de dormir, y con el pretexto de las chavas que se estaban besando en el cine delante de nosotras, le comenté que aquí las relaciones entre chavas era más común que en la capital, y le pregunte su opinión y que si probaría alguna vez andar con una chava… con aires de sabiduría se tomo unos momentos para contestar.
-          Mira, es normal que algunas chavas les gustaran las chavas, también hay chavos así, yo no tengo nada en contra de eso, en cuanto a lo otro, no creo que se malo probar un poquito de chile y de dulce - Y me confesó que apenas se había besado con Elena, una chava que conocimos en la secundaria, me dejo claro que no era lesbiana, pero que se dieron las cosas en una fiesta y que le había dado curiosidad, saber que se sentía besar a una chava.
-          Y, ¿como es? - le pregunte con curiosidad y morbo reprimido.
-          Sabes no es muy distinto a besar a un chavo… pero sentí muchas cosquillitas en la pansa, fue divertido.
Antes de voltearse para pegar la pestaña, me dijo jugando.
-          A ti no te voy a besar porque eres re-persignada y somos amigas.
Nos reímos de su tontería un rato y después dormimos. Al otro día, después del desayuno Jenny se fue y yo me quede pensando en la curiosidad y la aventura de la que me hablo.
Por otro lado estaba todo lo que me habían inculcado acerca de que “a las niñas le gustan los niños” y por otro las ganas que sentía de vivir algo distinto, ¿que pasaría si lo probara? Cuando veía lo bien que se entendían las otras dos, como se llevaban, se veía algo padre y la verdad hasta me daba un poquito de morbo saber que sería besar a alguien de mi sexo. Ahora que lo pensaba, tener una relación con una chava no era algo del otro mundo, total si no funcionaba no pasaría nada.
Un día de marzo cedí ante su perseverancia y le propuse intentar ser su novia “unos días”, con la condición de que me considerara y que diéramos tiempo a que las cosas pasaran poco a poco, y que solo quedara entre ella y yo, ni siquiera lo platicaríamos con Fabiana y Andrea. Ale acepto gustosa sin ninguna objeción y empezamos.
Al principio parecía ser una relación de juego y pasajera, seguíamos siendo amigas y tal vez ya no como antes, ya no dormíamos juntas, no nos bañábamos juntas en el club y hacia lo posible por que ya no me viera ni en calzones cuando nos cambiábamos para la clase de deporte, yo ingenuamente quería que continuara así, pero ella no parecía opinar igual… se mostraba muy interesada y clavada conmigo.
Pasábamos más tiempo juntas y era muy divertido, era mas linda de lo que ya era, si teníamos un peso lo compartíamos y si había más lo compartíamos igual, el cine, los frapes, los helados, a comer, y luego me llevaba a casa en autobús o en el auto de su mamá cuando se lo prestaba. Pero sobre todo, me escuchaba, me apoyaba en todo y siempre tenía tiempo para mí. Tenia muchos detalles para conmigo casi todos los días me llevaba a la escuela una paleta o un snickers y también me hacia cartitas, aunque casi eran de amigas, a veces tenían cositas que me sacaban de onda como: “eres mi vida” “me encantas desde que te vi por primera vez”, no me caía el veinte de lo que ya éramos, eso era algo medio tonto de mi parte, por que si asíamos cosas como de novias, por ejemplo: En las tardes después de ir a la escuela caminábamos unas calles hasta un parque, nos tirábamos en el pasto, me recostaba en mi mochila y ella se acostaba en mi abdomen, pasábamos horas platicando, mirando las nubes, observando lo que hacían las pocas personas que pasaban por ahí, riéndonos de cualquier cosa, a veces ni llegábamos a comer a nuestras casas, prefería mil veces estar en el parque con Ale, que en mi casa peleando y discutiendo por todo. Así nos empezamos a involucrar sentimentalmente y a encariñarnos “de otra manera” la una con la otra.
Una tarde después de haber visto “The hunger games” me fue a dejar en el auto de su mamá a mi casa, en el camino fue normal, nos reíamos por que “nos hacíamos enojar” yo le decía que me había gustado Gale (Liam Hemsworth) y ella decía que le gustaba Katnis (Jennifer Lawrence), pero al despedirnos esa tarde nos dimos nuestro primer beso de novias… sentir sus labios apenas rozando los míos me hizo erizar la piel y aunque solo duro unos 3 o 5 segundos, sentí una emoción que nunca antes había sentido… me puse nerviosa, le dije adiós, me salí del auto deprisa, abrí la puerta de mi casa, le hice una seña de adiós y cerré la puerta. Cuando entre Mamá estaba en el comedor, me saludo y pregunto:
-          ¿Que tal la pasaste con tu verry bestfriend, hija? (Mamá no aceptaba del todo a Alejandra, se le hacia una mala influencia y por eso se burlaba)
Lo que menos quería era sentarme a platicar con mamá… estaba muy nerviosa, la cara la tenia caliente de nervios, solo me apresure a contestar:
-          Bien ma - Y subí de prisa a mi cuarto, tenia ganas de estar a solas y pensar en lo que había pasado. ¿Estaba bien, o el juego se salía de control?
Esa noche no pude conciliar el sueño, solo pensé  en nosotras, me sentía algo parecido a “enamorada”. Como a las 12 a.m, recibí un mensaje de Ale que terminó de alegrarme la noche.
“Te quiero mucho niña, see you tomorrow”
El segundo beso fue en una fiesta de su primo, las dos terminamos medio mareadas, cuando Alan se dio cuenta nos ofreció su cuarto para que nadie se pasara con nosotras… esa noche fue Ale quien se aprovechó de nuestra situación.
A partir de eso, los besos se hicieron más frecuentes en las siguientes semanas, buscábamos estar a solas para besarnos cada vez con más pasión, en ocasiones entrabamos juntas en los sanitarios del colegio, cuando veíamos que estábamos solas nos dábamos besos largos y húmedos. Recargadas en la puerta, para que ninguna niña entrara.
Siempre que estábamos en una situación así sentía unas cosquillitas en la pansa que nunca supe identificar si eran de nervios o si sentía alguna atracción hacia ella, pero creo que esa sensación de estar haciendo una travesura les daba un toque mágico a nuestros besitos.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Sui Generis 2

MUY AMIGAS
Después de las vacaciones de invierno. Algunas cosas cambiaron desde que me confiaron el secreto de que Fabiana y Andrea eran “girlfrieds”, Ale ya lo sabía pero no me lo habían dicho para no frikearme, realmente no tuve objeción alguna, no me afectaba, era cosa de ellas, seguimos saliendo juntas pero ahora preferían andar ellas por su lado de la mano, abrazándose y cosas así.
Empezó a haber más química con Ale, todo el tiempo estábamos pegadas como chicle, la confianza era “total”, pasábamos todas las tarde juntas y a veces dormíamos juntas en la casa de cualquiera de las dos, sabíamos “casi” todos nuestros secretos.
Su color favorito era el anaranjado, le gustaban las películas de terror, le fascinaba los helados de vainilla y las galletas finas, odiaba la carne de puerco, se ponía el mismo pantalón sin lavar hasta tres veces, dormía sin ropa interior, y ya había tenido su first time a los 16, y se depilaba allí por que odiaba sus bellitos
Ella sabía de mi que me gustaba el azul, que nunca comía atún, mi debilidad era el helado de fresa, y además de Jenny era la única persona que sabía de un incidente con un primo medio lejano, nos besamos en una fiesta cuando teníamos 13 “para saber que se sentía” y también sabia que aún era virgen.
Platicábamos de todo, no había pena para tocar ningún tema, yo le preguntaba mucho de su experiencia, de cuando había estado con un chavo, yo sentía mucha curiosidad, aun que ella le era indiferente, decía que me emocionaba de más, “que no era la gran cosa”
Nos entendíamos padre, juntas comprábamos ropa y nos la pastábamos, comíamos helado en el centro de la ciudad mientras nos burlábamos de los frikies que pasaban, en fin con cualquier cosa la pasábamos bien.
Hasta nos llevábamos medio pesado a veces nos empujábamos, nos ofendíamos en juego, tu sabes cosas como “bitch, estúpida o perra”, nos aventábamos agua en la cara cuando su mamá nos hacia lavar los trastes y hasta a veces cuando me agarraba distraída me daba una nalgada y yo se las devolvía más fuerte, también hacíamos travesuras ñoñas como leer los mails cachondos de mi hermana cuando descubrí su contraseña, o nos escapábamos de la escuela y nos íbamos a su casa a desayunar y a ver TV o a echarnos una siesta, a veces también tomamos dinero de su mamá para ir a gastárnoslo.
Le encantaba la aventura, se robaba pequeñas cosas de los almacenes, cosas pequeñas, como esas pastillas que venden en las cajas de las tiendas departamentales, incluso una vez se saco una playera sin pagarla de un Liverpool, no por que lo necesitara, sino por diversión, de hecho me la regalo al otro día por que me había gustado mucho, para ella todo era un juego — te cuento esto por que creía ser heterosexual y es importante que entiendas como a pesar de esto, logro seducirme al grado de un día jugar desnudas en su cama— Mi madre pensaba que era una mala influencia y que cada vez era más como ella, siempre en la calle, incluso afirmaba que ya era fachosa e irreverente como ella. A lo mejor si éramos algo distintas pero por eso hicimos buena química, los polos diferentes se atraen.
MÁS QUE AMIGAS
Una tarde a principios de febrero después del colegio pasó algo que no me esperaba, Ale me acompañó a casa y antes de despedirse saco una pequeña flor de papel de su mochila y me hecho un largo e ininteligible rollo, que nunca logré recordar claramente, que en esencia dijo:
- Eres una chava súper, me agradas desde que entraste al colegio. Dame chance de conocerte más.
Claro que no le entendí a que se refería, entonces me explicó que no le agradaba, que más bien le gustaba mucho pero no como amiga, sino como chava. Me dio risa por que creí que bromeaba y le dije en broma.
- No somos lesbianas
Ella río también y me contesto.
- En serio, Sandra, que tal que lo intentamos, tu y yo somos como almas gemelas, no deberíamos ser solo amigas “es un desperdicio” - (esa última frase es creo lo único que recuerdo de manera textual) - vamos ¿qué tiene de malo?
Entonces tuve una reacción parecida a: ¡¿Qué?! ¿Había entendido bien?, ¿mi mejor amiga me estaba llegando? ¿Como que desperdicio?
- No te entiendo Ale - Le conteste con nervios y con esperanza de haberla malinterpretado.
- Quiero que seamos más que amigas, ¿me entiendes? - Dijo sonriendo.
Me quede callada, apreté los labios sin saber que responder, agache la mirada, no la entendía, o tal vez no quería, no sabia en donde esconderme, si cuando un chavo me llegaba me ponía bien nerviosa, imagínate ahora que se trataba de mi mejor amiga. Una vez que me di cuenta que si iba en serio, cuidando mis palabras para no herir sus sentimientos le conteste con otro choro, solo que yo al contrario de ella estaba nerviosísima.
-          Yo creo estas confundida, también te quiero mucho Ale, pero no así, no por que Andy y Faby salgan, nosotros debemos hacer lo mismo, es más yo nunca he salido con otra chava, es que yo no soy así.
-          Estoy segura de lo que siento por ti Sandra, es normal a veces a las mujeres nos…
No la dejé terminar y me despedí con el común beso en la mejilla y no la invite a pasar como era lo común.
Una vez que puse un pie, en casa, deje caer mi mochila me senté en la sala sin dar crédito a lo que había escuchado.
La verdad me espantó, sin querer a la mente me vino aquellos días en la regadera juntas, las noches que dormíamos en la misma cama o las nalgadas que nos pegábamos de “broma” y le maquile un rencor tal vez injusto, por no haberme contado que era lesbiana, todo lo que habíamos compartido. La cabeza me daba vueltas; óseas que ¿me dirigió la palabra en los cursos para ligarme como cuando un niño quiere conocer una niña?
Ahora muchas cosas las pude entender.
Me preguntaba tratando de darle sentido a la situación que parecía no ser real, me pare y me fui a cambiar la playera que era de Alejandra, ahora me daba asco, y todo la tarde y los siguientes días fueron extraños.
Me descontrolé por completo, deje de estar en contacto con las tres “lesbianas” como yo ya les llamaba para mi misma, de las tres no hacia una y me empecé a juntar con otras niñas. Ale parecía ser la misma conmigo, no evitaba mi mirada, aun que yo si, me invitaba a salir por teléfono y yo buscaba mil pretextos, me buscaba en los recesos pero yo me refugiaba con mis “nuevas amigas”, me sentía otra vez de la patada, sola como perro, en las tardes solo hacia tareas y me la pasaba encerrada con Karlita mi hermana que ya no sabia como molestarme.  Me preguntaba burlonamente ¿tronaste con tus novias?. Me incomodaba tanto ese comentario, por los tintes de verdad que eso tenían, y me alegraba de que no supiera lo que había pasado. Andrea me aconsejaba que le diera una chance, que lo intentara, pero dejo de hacerlo cuando noto que no me gustaba hablar del tema y también la evitaba a ella, en clase ya no me sentaba junto a ella.
Ale no se dio por vencida y evito que mi actitud ante ella nos distanciara. Un día trataba de evadirla después de la clase de educación física que tomábamos juntas, pero ella me tomo con suavidad de un brazo y me dijo.
- Tenemos que hablar Sandra.
Si, dime – le dije haciéndome la desentendida.
- Sabes algo, no podemos terminar nuestra amistad, en las tardes hecho de menos tu compañía, te volviste una hermana y... bueno… si tú no quieres… tal vez solo como amigas, yo lo entiendo, pero no me trates como si no me conocieras, la verdad me duele mucho que seas así conmigo.
¿Qué quería decir exactamente? “Tal vez solo como amigas” a tu hermana no le dices que sea tu novia…
Me desarmo por completo, hoy si parecía nerviosa, y hasta parecía que lloraría. Yo pensé que ya nunca le dirigiría la palabra, y lo que le respondí ni siquiera lo pensé, solo se lo dije con el otro extremo de la mezcla de sentimiento que me estaba matando, como si mi corazón en vez de mi cerebro pusiera las palabras en mi boca.
-          Si yo también, ni siquiera me caen las otras niñas, no son tan divertidas como tú.
Ella sonrió y pregunto.
-          ¿Amigas? - con una voz tierna que era imposible decir no.
Así que acepte y pasamos el resto del receso juntas, me di cuenta que era una persona bien padre, con la que no quería dejar de llevarme, era muy interesante, nunca me aburría con ella. Yo me mostraba rara con ella, en cambio ella parecía poner todo de su parte para restaurar la amistad y como me caía super bien, lo logro pronto, y seguimos la amistad como había sido hasta antes del día que se le ocurrió llegarme.
Un mes después comenzó a insinuárseme de nuevo, y ya no sabia que hacer, ya pensaba darle chance, para no pasarla mal de nuevo. Necesitaba hablarlo con alguien pero no sabia con quien, ¡necesitaba ver a una niña hetero! ya me daba miedo estarme pasando al otro bando.