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jueves, 21 de marzo de 2013

Sui Generis 3

INTERROGANTES, CURIOSIDAD Y DECISIÓN
Mamá tenía la solución por puro instinto maternal, desde hace algunas semanas me insistía que invitara a Jenny a pasar unos días con nosotros, no se cansaba de decirme: “Jenny que si es una niña decente ya ni te acuerdas”. Ese mismo fin de semana por FB la invite y a ella le encanto la idea. Como tenia un rato que no nos veíamos, la pasamos padre, fuimos al cine a la gran plaza para no encontrarme con Ale en las galerías, donde siempre estaba. Con mucho tacto antes de dormir, y con el pretexto de las chavas que se estaban besando en el cine delante de nosotras, le comenté que aquí las relaciones entre chavas era más común que en la capital, y le pregunte su opinión y que si probaría alguna vez andar con una chava… con aires de sabiduría se tomo unos momentos para contestar.
-          Mira, es normal que algunas chavas les gustaran las chavas, también hay chavos así, yo no tengo nada en contra de eso, en cuanto a lo otro, no creo que se malo probar un poquito de chile y de dulce - Y me confesó que apenas se había besado con Elena, una chava que conocimos en la secundaria, me dejo claro que no era lesbiana, pero que se dieron las cosas en una fiesta y que le había dado curiosidad, saber que se sentía besar a una chava.
-          Y, ¿como es? - le pregunte con curiosidad y morbo reprimido.
-          Sabes no es muy distinto a besar a un chavo… pero sentí muchas cosquillitas en la pansa, fue divertido.
Antes de voltearse para pegar la pestaña, me dijo jugando.
-          A ti no te voy a besar porque eres re-persignada y somos amigas.
Nos reímos de su tontería un rato y después dormimos. Al otro día, después del desayuno Jenny se fue y yo me quede pensando en la curiosidad y la aventura de la que me hablo.
Por otro lado estaba todo lo que me habían inculcado acerca de que “a las niñas le gustan los niños” y por otro las ganas que sentía de vivir algo distinto, ¿que pasaría si lo probara? Cuando veía lo bien que se entendían las otras dos, como se llevaban, se veía algo padre y la verdad hasta me daba un poquito de morbo saber que sería besar a alguien de mi sexo. Ahora que lo pensaba, tener una relación con una chava no era algo del otro mundo, total si no funcionaba no pasaría nada.
Un día de marzo cedí ante su perseverancia y le propuse intentar ser su novia “unos días”, con la condición de que me considerara y que diéramos tiempo a que las cosas pasaran poco a poco, y que solo quedara entre ella y yo, ni siquiera lo platicaríamos con Fabiana y Andrea. Ale acepto gustosa sin ninguna objeción y empezamos.
Al principio parecía ser una relación de juego y pasajera, seguíamos siendo amigas y tal vez ya no como antes, ya no dormíamos juntas, no nos bañábamos juntas en el club y hacia lo posible por que ya no me viera ni en calzones cuando nos cambiábamos para la clase de deporte, yo ingenuamente quería que continuara así, pero ella no parecía opinar igual… se mostraba muy interesada y clavada conmigo.
Pasábamos más tiempo juntas y era muy divertido, era mas linda de lo que ya era, si teníamos un peso lo compartíamos y si había más lo compartíamos igual, el cine, los frapes, los helados, a comer, y luego me llevaba a casa en autobús o en el auto de su mamá cuando se lo prestaba. Pero sobre todo, me escuchaba, me apoyaba en todo y siempre tenía tiempo para mí. Tenia muchos detalles para conmigo casi todos los días me llevaba a la escuela una paleta o un snickers y también me hacia cartitas, aunque casi eran de amigas, a veces tenían cositas que me sacaban de onda como: “eres mi vida” “me encantas desde que te vi por primera vez”, no me caía el veinte de lo que ya éramos, eso era algo medio tonto de mi parte, por que si asíamos cosas como de novias, por ejemplo: En las tardes después de ir a la escuela caminábamos unas calles hasta un parque, nos tirábamos en el pasto, me recostaba en mi mochila y ella se acostaba en mi abdomen, pasábamos horas platicando, mirando las nubes, observando lo que hacían las pocas personas que pasaban por ahí, riéndonos de cualquier cosa, a veces ni llegábamos a comer a nuestras casas, prefería mil veces estar en el parque con Ale, que en mi casa peleando y discutiendo por todo. Así nos empezamos a involucrar sentimentalmente y a encariñarnos “de otra manera” la una con la otra.
Una tarde después de haber visto “The hunger games” me fue a dejar en el auto de su mamá a mi casa, en el camino fue normal, nos reíamos por que “nos hacíamos enojar” yo le decía que me había gustado Gale (Liam Hemsworth) y ella decía que le gustaba Katnis (Jennifer Lawrence), pero al despedirnos esa tarde nos dimos nuestro primer beso de novias… sentir sus labios apenas rozando los míos me hizo erizar la piel y aunque solo duro unos 3 o 5 segundos, sentí una emoción que nunca antes había sentido… me puse nerviosa, le dije adiós, me salí del auto deprisa, abrí la puerta de mi casa, le hice una seña de adiós y cerré la puerta. Cuando entre Mamá estaba en el comedor, me saludo y pregunto:
-          ¿Que tal la pasaste con tu verry bestfriend, hija? (Mamá no aceptaba del todo a Alejandra, se le hacia una mala influencia y por eso se burlaba)
Lo que menos quería era sentarme a platicar con mamá… estaba muy nerviosa, la cara la tenia caliente de nervios, solo me apresure a contestar:
-          Bien ma - Y subí de prisa a mi cuarto, tenia ganas de estar a solas y pensar en lo que había pasado. ¿Estaba bien, o el juego se salía de control?
Esa noche no pude conciliar el sueño, solo pensé  en nosotras, me sentía algo parecido a “enamorada”. Como a las 12 a.m, recibí un mensaje de Ale que terminó de alegrarme la noche.
“Te quiero mucho niña, see you tomorrow”
El segundo beso fue en una fiesta de su primo, las dos terminamos medio mareadas, cuando Alan se dio cuenta nos ofreció su cuarto para que nadie se pasara con nosotras… esa noche fue Ale quien se aprovechó de nuestra situación.
A partir de eso, los besos se hicieron más frecuentes en las siguientes semanas, buscábamos estar a solas para besarnos cada vez con más pasión, en ocasiones entrabamos juntas en los sanitarios del colegio, cuando veíamos que estábamos solas nos dábamos besos largos y húmedos. Recargadas en la puerta, para que ninguna niña entrara.
Siempre que estábamos en una situación así sentía unas cosquillitas en la pansa que nunca supe identificar si eran de nervios o si sentía alguna atracción hacia ella, pero creo que esa sensación de estar haciendo una travesura les daba un toque mágico a nuestros besitos.

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