Me lo dijeron mil veces, pero nunca quise poner atención...
cuando llegaron los llantos, ya estabas muy dentro de mi corazón.
Te esperaba hasta muy tarde.. ningún reproche te hacía.
Lo más que te preguntaba era que si me querías.
Y bajo tus besos en la madrugada sin que tu notaras la cruz de mi
angustia solía pensar...
La quiero más que a mis ojos,
la quiero más que a mi vida,
más que al aire que respiro y más que
a la madre mía.
Se me para el pulso si te dejo de querer, que las campanas me
doblen si te falto alguna vez.
Eres mi vida y mi muerte, mi eterna compañera.
No debería de quererte y sin embargo... Te quiero.
Lo peor del amor cuando termina…
Las habitaciones ventiladas, el puré con reproches de sardinas, las
golondrinas muertas en la almohada.
Lo malo del después, son los despojos que escayolan el humo de los
sueños, los teléfonos que hablan con los ojos, el sístole sin diástole ni
dueño.
Lo más ingrato es encarar la casa, remendar las virtudes veniales, condenar
a las hogueras los archivos.
Lo atroz de las pasiones cuando pasan, cuando al punto final de los
finales no le siguen los puntos suspensivos.
(By. Cia and J.S)
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