MUY AMIGAS
Después de las
vacaciones de invierno. Algunas cosas cambiaron desde que me confiaron el
secreto de que Fabiana y Andrea eran “girlfrieds”, Ale ya lo sabía pero no me
lo habían dicho para no frikearme, realmente no tuve objeción alguna, no me
afectaba, era cosa de ellas, seguimos saliendo juntas pero ahora preferían
andar ellas por su lado de la mano, abrazándose y cosas así.
Empezó a haber más
química con Ale, todo el tiempo estábamos pegadas como chicle, la confianza era
“total”, pasábamos todas las tarde juntas y a veces dormíamos juntas en la casa
de cualquiera de las dos, sabíamos “casi” todos nuestros secretos.
Su color
favorito era el anaranjado, le gustaban las películas de terror, le fascinaba
los helados de vainilla y las galletas finas, odiaba la carne de puerco, se ponía
el mismo pantalón sin lavar hasta tres veces, dormía sin ropa interior, y ya
había tenido su first time a los 16, y se depilaba allí por que odiaba sus
bellitos
Ella sabía de mi
que me gustaba el azul, que nunca comía atún, mi debilidad era el helado de
fresa, y además de Jenny era la única persona que sabía de un incidente con un
primo medio lejano, nos besamos en una fiesta cuando teníamos 13 “para saber
que se sentía” y también sabia que aún era virgen.
Platicábamos de
todo, no había pena para tocar ningún tema, yo le preguntaba mucho de su
experiencia, de cuando había estado con un chavo, yo sentía mucha curiosidad,
aun que ella le era indiferente, decía que me emocionaba de más, “que no era la
gran cosa”
Nos entendíamos
padre, juntas comprábamos ropa y nos la pastábamos, comíamos helado en el
centro de la ciudad mientras nos burlábamos de los frikies que pasaban, en fin
con cualquier cosa la pasábamos bien.
Hasta nos
llevábamos medio pesado a veces nos empujábamos, nos ofendíamos en juego, tu
sabes cosas como “bitch, estúpida o perra”, nos aventábamos agua en la cara
cuando su mamá nos hacia lavar los trastes y hasta a veces cuando me agarraba
distraída me daba una nalgada y yo se las devolvía más fuerte, también hacíamos
travesuras ñoñas como leer los mails cachondos de mi hermana cuando descubrí su
contraseña, o nos escapábamos de la escuela y nos íbamos a su casa a desayunar
y a ver TV o a echarnos una siesta, a veces también tomamos dinero de su mamá
para ir a gastárnoslo.
Le encantaba la
aventura, se robaba pequeñas cosas de los almacenes, cosas pequeñas, como esas
pastillas que venden en las cajas de las tiendas departamentales, incluso una
vez se saco una playera sin pagarla de un Liverpool, no por que lo necesitara,
sino por diversión, de hecho me la regalo al otro día por que me había gustado
mucho, para ella todo era un juego — te cuento esto por que creía ser
heterosexual y es importante que entiendas como a pesar de esto, logro
seducirme al grado de un día jugar desnudas en su cama— Mi madre pensaba que
era una mala influencia y que cada vez era más como ella, siempre en la calle,
incluso afirmaba que ya era fachosa e irreverente como ella. A lo mejor si
éramos algo distintas pero por eso hicimos buena química, los polos diferentes
se atraen.
MÁS QUE AMIGAS
Una tarde a
principios de febrero después del colegio pasó algo que no me esperaba, Ale me
acompañó a casa y antes de despedirse saco una pequeña flor de papel de su
mochila y me hecho un largo e ininteligible rollo, que nunca logré recordar claramente,
que en esencia dijo:
- Eres una chava
súper, me agradas desde que entraste al colegio. Dame chance de conocerte más.
Claro que no le
entendí a que se refería, entonces me explicó que no le agradaba, que más bien
le gustaba mucho pero no como amiga, sino como chava. Me dio risa por que creí
que bromeaba y le dije en broma.
- No somos
lesbianas
Ella río también
y me contesto.
- En serio,
Sandra, que tal que lo intentamos, tu y yo somos como almas gemelas, no deberíamos ser solo amigas “es un desperdicio” - (esa última frase es creo lo
único que recuerdo de manera textual) - vamos ¿qué tiene de malo?
Entonces tuve
una reacción parecida a: ¡¿Qué?! ¿Había entendido bien?, ¿mi mejor amiga me
estaba llegando? ¿Como que desperdicio?
- No te entiendo
Ale - Le conteste con nervios y con esperanza de haberla malinterpretado.
- Quiero que
seamos más que amigas, ¿me entiendes? - Dijo sonriendo.
Me quede
callada, apreté los labios sin saber que responder, agache la mirada, no la
entendía, o tal vez no quería, no sabia en donde esconderme, si cuando un chavo
me llegaba me ponía bien nerviosa, imagínate ahora que se trataba de mi mejor
amiga. Una vez que me di cuenta que si iba en serio, cuidando mis palabras para
no herir sus sentimientos le conteste con otro choro, solo que yo al contrario
de ella estaba nerviosísima.
-
Yo creo estas
confundida, también te quiero mucho Ale, pero no así, no por que Andy y Faby
salgan, nosotros debemos hacer lo mismo, es más yo nunca he salido con otra
chava, es que yo no soy así.
-
Estoy segura de
lo que siento por ti Sandra, es normal a veces a las mujeres nos…
No la dejé terminar y me despedí con el común
beso en la mejilla y no la invite a pasar como era lo común.
Una vez que puse un pie, en casa, deje caer mi
mochila me senté en la sala sin dar crédito a lo que había escuchado.
La verdad me espantó, sin querer a la mente me
vino aquellos días en la regadera juntas, las noches que dormíamos en la misma
cama o las nalgadas que nos pegábamos de “broma” y le maquile un rencor tal vez
injusto, por no haberme contado que era lesbiana, todo lo que habíamos
compartido. La cabeza me daba vueltas; óseas que ¿me dirigió la palabra en los
cursos para ligarme como cuando un niño quiere conocer una niña?
Ahora muchas cosas las pude entender.
Me preguntaba tratando de darle sentido a la
situación que parecía no ser real, me pare y me fui a cambiar la playera que
era de Alejandra, ahora me daba asco, y todo la tarde y los siguientes días
fueron extraños.
Me descontrolé por completo, deje de estar en
contacto con las tres “lesbianas” como yo ya les llamaba para mi misma, de las
tres no hacia una y me empecé a juntar con otras niñas. Ale parecía ser la
misma conmigo, no evitaba mi mirada, aun que yo si, me invitaba a salir por
teléfono y yo buscaba mil pretextos, me buscaba en los recesos pero yo me
refugiaba con mis “nuevas amigas”, me sentía otra vez de la patada, sola como
perro, en las tardes solo hacia tareas y me la pasaba encerrada con Karlita mi
hermana que ya no sabia como molestarme.
Me preguntaba burlonamente ¿tronaste con tus novias?. Me incomodaba
tanto ese comentario, por los tintes de verdad que eso tenían, y me alegraba de
que no supiera lo que había pasado. Andrea me aconsejaba que le diera una
chance, que lo intentara, pero dejo de hacerlo cuando noto que no me gustaba
hablar del tema y también la evitaba a ella, en clase ya no me sentaba junto a
ella.
Ale no se dio por vencida y evito que mi actitud
ante ella nos distanciara. Un día trataba de evadirla después de la clase de
educación física que tomábamos juntas, pero ella me tomo con suavidad de un
brazo y me dijo.
- Tenemos que
hablar Sandra.
Si, dime – le
dije haciéndome la desentendida.
- Sabes algo, no
podemos terminar nuestra amistad, en las tardes hecho de menos tu compañía, te
volviste una hermana y... bueno… si tú no quieres… tal vez solo como amigas, yo
lo entiendo, pero no me trates como si no me conocieras, la verdad me duele
mucho que seas así conmigo.
¿Qué quería
decir exactamente? “Tal vez solo como amigas” a tu hermana no le dices que sea
tu novia…
Me desarmo por
completo, hoy si parecía nerviosa, y hasta parecía que lloraría. Yo pensé que
ya nunca le dirigiría la palabra, y lo que le respondí ni siquiera lo pensé,
solo se lo dije con el otro extremo de la mezcla de sentimiento que me estaba
matando, como si mi corazón en vez de mi cerebro pusiera las palabras en mi
boca.
-
Si yo también,
ni siquiera me caen las otras niñas, no son tan divertidas como tú.
Ella sonrió y
pregunto.
-
¿Amigas? - con
una voz tierna que era imposible decir no.
Así que acepte y
pasamos el resto del receso juntas, me di cuenta que era una persona bien
padre, con la que no quería dejar de llevarme, era muy interesante, nunca me
aburría con ella. Yo me mostraba rara con ella, en cambio ella parecía poner
todo de su parte para restaurar la amistad y como me caía super bien, lo logro
pronto, y seguimos la amistad como había sido hasta antes del día que se le
ocurrió llegarme.
Un mes después comenzó a insinuárseme de nuevo,
y ya no sabia que hacer, ya pensaba darle chance, para no pasarla mal de nuevo.
Necesitaba hablarlo con alguien pero no sabia con quien, ¡necesitaba ver a una
niña hetero! ya me daba miedo estarme pasando al otro bando.
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